Muchas veces hemos oído discutir acerca de qué importancia tienen en el desarrollo de un videojuego ciertos aspectos del mismo (historia, mecánicas, gráficos...). Generalmente las opiniones que prevalecen dependen de varios factores: la experiencia previa del contertulio, el tipo de juego del que se trate, el mercado objetivo al que va dirigido...
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Generalmente nos dejamos llevar por lo que para nosotros prevalece o es más importante. Si somos un diseñador gráfico le daremos mucha importancia al impacto que una interfaz adecuada y su repercusión en que el jugador le de una oportunidad o no al juego. Si nos encargamos de los efectos especiales y de la ambientación del juego, le daremos una importancia a estos aspectos acorde a nuestro particular interés. "¿Qué es más importante: los gráficos o la jugabilidad?" ... "¿Qué es más importante: la mecánica o el guión del juego?...ciertamente, ¡Cuántas veces hemos escuchado este debate!
Llegados a este punto todos estaremos de acuerdo en que lo importante es que todos los elementos estén integrados de tal forma que convenzan al usuario final, o sea, al jugador. Esta integración ayuda a lo que podemos llamar "la duermevela del jugador", o sea, aquello que permite que el jugador esté inmerso en el juego, evadido de la realidad. Esta duermevela hace que juegue prácticamente sin saltos abruptos por el juego, en cuanto a que algo desentone, una salida de roles, incoherencias o aumentos de dificultad exorbitados, por poner sólo algunos ejemplos. Está claro que, sin una integración a nivel de lógica de diseño de juego, esta duermevela será interrumpida una y otra vez, generando desánimo o pérdida de interés por parte del jugador.
Sin embargo hay algo que es difícilmente discutible y es fundamental: un juego puede ser mejor gráficamente; puede tener un guión excelente y una historia fascinante; pertenecer a un equipo de desarrollo de renombre; haber pasado por un periodo de testeo y calidad intenso; disfrutar de un sonido y banda sonora increíbles; estar dotado de una interfaz agradable y adecuada...pero si las mecánicas y sistemas de juego fallan, todo lo demás se hunde en la más triste miseria. A esto se puede argumentar que eso puede ocurrir con cualquiera de los aspectos y es verdad: es posible que si el guión o narrativa interactiva te saca cada dos por tres de la duermevela por las "idas de olla" del guionista, el jugador llegue a perder el interés...Es posible que con unos gráficos mediocres o no integrados con el resto del videojuego, el jugador no llegue a darle ni siquiera una oportunidad...pero estamos hablando de "posibilidades". Si fallan las mecánicas, que es lo que determina realmente la experiencia del jugador, estamos hablando de una certeza, y eso es -bajo mi punto de vista- lo que marca la diferencia.
Saludos a todos.
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