El mundo del videojuego está pasando por tiempos de cambio. Desde el punto de vista económico estamos viendo cómo esta industria sobrepasa ya a la del cine, la música, etc...Socialmente las nuevas generaciones están tomando un relevo en el cual el videojuego no sólo es un entretenimiento más, sino que constituye un elemento común trascendente y sociabilizador. En España, por ejemplo, a principios del año 2009 se oficializó el videojuego como elemento cultural. Son pues una serie de circunstancias que hacen de ésta una industria rentable y prolija en cuanto a oportunidades a corto, medio y largo plazo.
No obstante, como pueda ser aplicado a otros muchos ámbitos, también es un mundo complicado. Por un lado la piratería se constituye en un enemigo al que hay que entender y hacer frente desde todo punto de vista, no sólo en cuanto a medios tecnológicos, sino lo que es más importante en cuanto a planes de acción que comprendan el contexto social y cultural del público objetivo al que va dirigido el producto final. Por otro lado también hemos de tener en cuenta la feroz competencia y la exigencia de un público cada vez más exigente, que conoce lo que quiere y está más preparado, es más maduro y consciente de la enorme variedad de productos existentes, de la calidad del mismo y de los fallos ejecutivos derivados de una salida demasiado apresurada, de una exigencia de producción imprecisa o incoherente con lo prometido, de una política basada en sacar títulos con un gran componente publicitario y de baja calidad en algunos casos, etc...Y es que cada vez es más difícil “vender la moto”...
Así, en este contexto no sólo se debe analizar la situación social y cultural, el mercado existente y el histórico de acontecimientos acaecidos hasta el momento, sino entablar un ejercicio de prospección que derive en unos planes coherentes y congruentes de cara al desarrollo de un videojuego. Evidentemente aquí radica parte de la dificultad, pues dependiendo del tipo de juego y el público objetivo del mismo habrá que estudiar con detenimiento y exhaustividad meridiana multitud de aspectos de muy diversa índole, cuando quizás pecamos en algunos casos de pensar que una buena idea es realizable por el hecho de ser “buena”. Nada más alejado de la realidad en la que tenemos que movernos.
El futuro del videojuego pasa por todo esto y mucho más. Las posibilidades en cuanto al mercado educativo, la generación de emociones e inmersión global y muchas más puertas están a punto de abrirse. Sin duda, estamos viviendo un gran momento...difícil, cierto, pero grande, sin duda alguna.
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