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En busca de la magia...

Desde hace unos meses me estoy dedicando a estudiar todo lo que puedo acerca del diseño de videojuegos, leyendo libros de autores reconocidos, documentándome y navegando entre multitud de blogs y páginas de esta temática y hablando con personas que tienen experiencia en esta actividad.

A raiz de la experiencia con Black Age Online me di cuenta no sólo de los errores de base con los que comencé, sino de mis propias lagunas de formación e información con respecto a esta profesión.

Siempre he pensado que el ser humano dispone de unas cualidades que le permiten generar auténticas maravillas en cualquier ámbito. Cuando empecé a programar en basic en mi MSX, allá por el 86, comencé a deleitarme con algunos de los juegos que salieron en esos años (Abadía del crimen, army moves, Cozumel y tantos otros) Era un mundo completamente nuevo, repleto de posibilidades (¡por dios, en los conversacionales hablabas con la máquina, vivías verdaderas aventuras y tú eras quien dirigía tus pasos por ellas!!). Pena que la vida me arrastrara por otros derroteros y no continuara preparándome y haciendo lo que de verdad me llenaba…Por aquel entonces ya tenía casi la veintena y había que estudiar y trabajar...
 (pinchar en el título para seguir leyendo)

No obstante, lo único que tenemos es el tiempo, el presente, y por más que se mire hacia atrás, con nostalgia, lo único que debemos hacer es sacar conclusiones que nos sirvan para el "ahora".

Mis conclusiones, en este sentido, son que parte de la magia que sentía al jugar por aquel entonces, se ha evaporado. El "game feel", o parte de él, lo perdí por el camino…¿Por qué?.

He leído hasta la extenuación todo tipo de opiniones y conjeturas acerca de esto. Mis propias divagaciones me llevan por caminos a veces contrapuestos.

Al final, se me queda una sensación en la boca del estómago y una idea que me sacude una y otra vez: "¡Estoy perdiendo mi capacidad de asombro!".

Aún recuerdo los momentos que pasé con este magnífico juego...

Y después de esto, de tan malhadada revelación, viene el posterior análisis. Recapacito de dónde puede provenir esta ausencia de sensaciones,  medito acerca del bombardeo informativo al que estamos habituados, de la manipulación feroz a la que estamos sometidos por vivir en la sociedad en la que vivimos. En el mundo del videojuego, decepción tras decepción, navegamos por cientos de títulos de los que esperábamos ese "algo más" que nos prometieron en su momento. Pero no es este el problema, pienso...han aparecido juegos portentosos y memorables en todos estos años. Y sin embargo, pocos de ellos han supuesto un impulso emocional, pocos me han hecho recordar aquellos momentos sensacionales que viví cuando me introduje en este mundo, hace ya tanto...Reconozco que era algo nuevo, que no había experimentado antes, y que con el tiempo, todo se diluye, que gran parte de la culpa es mía: sería injusto achacarla a nadie más…

Y sin embargo, aún sabiendo de que las comparaciones son odiosas, que las circunstancias son diferentes, que el bagaje determina diferencias indiscutibles, aún sueño con ser capaz de reavivar esa intensa llama que sentía por aquel entonces.


Creo que estamos en un momento en el que se hace necesario un cambio de actitud a la hora de desarrollar juegos. Pienso sinceramente que habría que llegar al plano emocional, al punto en que se puedan generar sensaciones intensas en el jugador. No quiero , no obstante, proyectar mis deficiencias sobre nadie. Sé que es algo personal, pero creo que al menos un poco de lo que me ocurre a mí, les pasa también a otras personas.

Quizás se haga necesario un cambio en la mentalidad respecto a la interacción planteada a los jugadores. Quizás veamos pronto juegos que desplieguen parte de la magia de la que hablo. Ojalá…

Por mi parte, sigo buscándola, añorándola.

Y mientras, sigo estudiando, preparándome, asumiendo que no sé nada y que puedo aprender constantemente,  gracias a tantas y tantas personas cuyo mérito se basa en su capacidad y en su bagaje en el mundo del desarrollo de videojuegos.

Desde este pequeño espacio de la blogosfera, le doy las gracias a estas personas, porque lo sientan con mayor o menor intensidad, en realidad generan magia con su trabajo. Y al final, eso es lo que importa.

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